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Real Academia de Mancora (segunda parte)

En Julio regresamos al paraíso.

Mi hijo Zen había entrenado fuerte desde marzo y en todos los aspectos era increíble cuanto había aprendido.

Después de pasar por algunas academias, encontramos las dos en las que ahora juega: El Boca Juniors Perú y el EGB; muy distintas en sus métodos pero que han logrado hacer el equilibrio perfecto en él.


Esta vez sí estaba emocionado por el viaje. Quería encontrarse con sus amigos mancoreños y jugar con ellos.

Sabíamos que la Real Academia de Mancora estaba jugando un torneo y Zen quería participar en él; -aunque sea un partido- me decía. Llamamos a Fabián y no, que ya estaban jugando las últimas fechas con todos inscritos pero que podía entrenar con ellos.


Salimos de Lima con 4 pelotas, los chimpunes y la maleta de Zen con puro uniforme de fútbol y algunas ropas de baño. Es increíble como todo cambió en él cuando decidió ser futbolista. Ahora se viste como futbolista, se peina como futbolista, y tiene un balón cambiando de diseños y colores que se ha convertido en una extensión de su cuerpo, cual segunda sombra.

Como leí en algún lugar: "no son sólo niños jugando fútbol sino jugando a ser futbolistas".


Después de 1164 km de carretera llegamos a Mancora y otra vez, como si fuera alguna señal del destino, el fútbol nos esperaba. A la primera persona que vimos bajando del bus fue nada menos que al “profe”, el entrenador de la Real Academia de Mancora que estaba esperando pasajeros recién llegados para llevarlos en su moto taxi.

Y nos llevó al hotel, obviamente.

Que cómo están los chicos, qué tal están jugando, cómo van en el torneo, cuándo los puedo ver porque faltan muchos días para el entrenamiento. Que la están rompiendo, que la “10” (categoría 10 años) va en primer lugar, que están entrenando fuerte, que si él ya está más tranquilo en la cancha, que si practicó sus pases, que cómo ha estado.

Lindo encuentro con el profe después de tanto tiempo.


Llegó el día del entrenamiento. Entramos al estadio cuando los niños estaban jugando un partido. Alguien gritó ¡Zen! y de repente, fue como si no hubiera pasado el tiempo: estaban todos ahí y se llevaron a Zen a la cancha que habían improvisado con una manguera, un arco y un par conos como segundo arco. Todo en medio de chacrcos que terminaron cambiando el color de los chimpunes.

Entre chistes y a punta de pelotazos los niños se reencontraron con su amigo Zen y él con la alegría de jugar entre los amigos con los que aprendió tanto, con los que jugaba cuando todo empezó: era como estar en casa.


En el siguiente entrenamiento comprendí un par de cosas que cambiaron la relación que desde ese momento tendría con la Real Academia de Mancora:

  1. Los niños tenían mucho más talento del que recordaba. (Yo venía de estar medio año viendo a niños jugar fútbol y el equipo de Mancora tenía niños que jugaban muy bien).

  2. Las condiciones en que entrenaban los niños tenían que cambiar.

No podía creer que sólo tuvieran 3 pelotas para los 40 y tantos niños de la academia, que casi nunca tuvieran arcos y el profe diga que “todos los goles al ras del piso”. Que algunos niños no tuvieran chimpunes.

En las escuelas donde juega mi hijo cada niño tiene un balón para entrenar. Hay materiales, herramientas que ayudan al desarrollo de los niños.


Decidida a hacer algo al respecto hablé con Fabián (miembro de la junta directiva) sobre lo que había visto. Me dijo que sí, que las condiciones eran difíciles, que a veces no hay ni como pagarle al profe, que hay niños necesitando mucho apoyo pero que ahí están igual entrenando como podían porque los niños son talentosos.

Me contó que ellos tenían un sueño: poder algún día llevar a los niños a Lima a jugar la Copa de la Amistad, un torneo internacional de fútbol de menores organizado por la Academia Cantolao en el que participó Messi cuando tenía 10 años.


Lo principal en ese momento era hacerles un arco que construimos con tubos de PVC entre Fabián, Zen y yo. Todos felices con el arco.

Creamos un grupo de Facebook destinado a ayudar a los niños de la Real Academia de Mancora. Gracias a la escuela de fútbol del Boca Juniors Perú que nos donó 20 pelotas y a muchas madres y niños futbolistas que donaron chimpunes y material de entrenamiento, en menos de un mes la "Real Academia" tenía lo suficiente para ponerse en marcha tras su sueño.​



Hace unos días, después de meses buscando un contacto que me ayude a cumplir este sueño, pude comunicarme con la Academia Cantolao que escuchó un poco esta historia que les cuento e invitó a la Real Academia a participar en la Copa de la Amistad que “se realizará en Lima del 24 al 31 de enero del 2016”. La emoción que sentí cuando recibí la carta de invitación es indescriptible. Dicen que cuando hacemos algo por los demás es cuando más felices somos y tienen razón. Todos los que dicen eso.




Ahora tenemos un largo camino por delante. Hay que conseguir pasajes a Lima para todo el equipo y un lugar donde hospedar a los niños. Eso primero que nada. Así que supongo que esta historia queda otra vez abierta. Es una historia que espero seguir escribiendo por muchos años más.


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